16 mar 2007

Poema de T. S. Eliot


CUATRO CUARTETOS


El conocimiento Impone una estructura, y falsifica,
pues la estructura es nueva en cada momento
y cada momento es una nueva y chocante
valoración de todo lo que hemos sido.
Sólo nos desengañamos
de lo que, engañando, ya no podría hacer daño.
En medio, no sólo en medio del camino
sino en todo el camino, en un bosque oscuro,
en una zarza,
en el borde de una ciénaga, donde no se puede hacer pie,
y amenazado por monstruos, luces fantásticas,
a riesgo de quedar encantado. No me hagáis oír nada
sobre la sabiduría de los ancianos, sino más bien
sobre su locura,
su miedo al miedo y frenesí, su miedo a la posesión,
a pertenecer a otro, o a otros, o a Dios.
La única sabiduría que podemos esperar adquirir
es la sabiduría de la humildad:
la humildad es interminable.
Las cosas han ido todas a parar bajo el mar.
Los que bailaban han ido todos a parar bajo el cerro.

1 comentario:

Paula dijo...

cómo llegué aquí ? ... qué intenso poema de Eliot!! gracias!