30 nov 2008

Faros de Destellos



A lo largo del día, entre una tarea y otra, de éstas que se nos imponen y nos imponemos voluntariamente, me llegan fugaces pensamientos que no alcanzo a desarrollar plenamente por falta de tiempo. Son ideas que surgen como los destellos de luz de un faro, saltando en la oscuridad.
El ritmo de luz de un faro se denomina característica, y ésta se compone de un baile de unos segundos de luz entre otros de oscuridad. Cuando los intervalos de tiempo que dura la luz son más largos que los intervalos de oscuridad, se dice que es un faro de ocultaciones; y cuando sucede a la inversa, se dice que es de destellos. En resumidas cuentas, en la brevedad está el valor. En relación con lo que vivimos, ¿sucederá así también?
¿Qué somos los humanos, faros de destellos o de ocultaciones?
Los genios de la física hablan de la “idea feliz”, como algo que surge en un instante: de repente, son heridos por unos segundos de luz certera entre dos oscuridades monumentales. Después, por lo general y salvo excepciones, el mundo de los humanos progresa.
Eudald Carbonell opina que todavía no somos plenamente humanos porque, según él, el proceso evolutivo de humanización todavía no ha concluido. Estoy totalmente de acuerdo. La verdad, pensándolo bien, no sé muy bien donde estamos, si al principio del proceso o hacia la mitad. Pero parece que el final está muy lejos todavía.
Si hay algo que me resulta molesto es lo previsibles que somos. Me pregunto desde cuándo somos así. Nuestra vida está tan rematadamente estructurada que queda poco sitio para las sorpresas. Una sorpresa para mí es, por ejemplo, una idea nueva. Las buenas ideas suelen ser pequeñas y hay que trabajarlas, desarrollarlas e incorporarlas a la vida de uno; así es como se mantienen a flote, porque de no hacerlo suelen caer en un fondo de olvido.
Estoy convencida de que para pescar algo valioso hay que echar unas redes de agujero pequeño en las profundidades de la mente. Es un ir por la vida rescatando pequeñas porciones de lo que somos, que nos irán conformando como más humanos a medida que las vayamos encontrando.
¿Quién se esconde dentro del genoma humano?
Las buenas ideas, aquellas que surgen como breves destellos de luz entre grandes oscuridades, bien podrían ser “apariciones” fugaces de un potencial nuestro, pequeñas intuiciones del futuro o la visita del sueño de una humanidad más hecha, más madura.
Fotografía: Google imágenes.

23 nov 2008

Tarde de Temporal

He perdido la cuenta de los días que llevo sin ver el sol. Y de postre, acaba de entrar un temporal. No cunda el pánico. Es el momento de traer algo agradable que levante la moral, con poesía y música.

Una de Antonio Machado:


Tal vez la mano, en sueños,
del sembrador de estrellas,
hizo sonar la música olvidada
como una nota de la lira inmensa,
y la ola humilde a nuestros labios vino
de unas pocas palabras verdaderas.

Y otra de country: Waylon Jennings and Jessi Colter, con Suspicious Minds


16 nov 2008

Rompecabezas


"Algún día, alguien pulsará un botón y enviará una señal a un satélite que, a su vez, iluminará cinco millones de pantallas desde Albania hasta Zanzíbar. Existe el hardware necesario, sólo hay que programarlo. Si exceptuamoso un pequeño detalle. ¿Qué hay del software? ¿Qué pondremos en todas esas pantallas? ¿Quién lo escribirá? ¿Quién lo dirigirá? ¿Quién lo intepretará? Hay quién está intentando suplantar el factor humano, sustituir el cerebro y el corazón humanos por microchips. Gadgets mecánicos que pueden simular emociones, sueños, risas, lágrimas. Hasta ahora no lo han conseguido. Así que tranquilicémonos. No somos prescindibles. En realidad cuanto más crecen más imprescindibles nos hacemos. Puede que suyo sea el reino, pero nuestros son el poder y la gloria."
(Billy Wilder)
Fotografía: Google Imágenes

8 nov 2008

Las Manos


Las manos son todo un ejemplo de abnegación y encierran una preciosa historia.
Como todo lo que apreciamos en la Naturaleza, no fueron como ahora las vemos sino que se fueron transformando a lo largo del tiempo hasta alcanzar -quizá no definitivamente- su forma actual. Se fueron adaptando a las nuevas necesidades de supervivencia: si la naturaleza cambiaba, nosotros y nuestras manos también lo íbamos haciendo.
Esta mañana, mientras pensaba, tenía la mirada concentrada en las manos. Y por esa deliciosa afición que tiene la mente a vagar dando saltos de una idea a otra, quizá por una u otra cosa que se nos cruza ante los ojos, he acabado pensando en ellas. Generalmente miramos nuestras manos sin ver que en su interior guardan una larguísima trayectoria, y que tuvieron que esperar durante mucho tiempo para quedar liberadas de la locomoción a cuatro patas y conseguir el mejor de los oficios: algo que hacer y que decir.

Las manos han realizado un largo viaje desde que iniciaron su andadura hace algo más de dos millones de años. En cuanto fueron capaces de pinzar con eficacia, el futuro del mundo quedó decidido y su conquista ya solo sería una cuestión de tiempo. Con motivo algunos antropólogos afirman que el “nuevo uso” de las manos nos hizo inteligentes. Y desde muy temprano debieron de tener su importancia; no hay más que ver la gran cantidad de improntas de manos estampadas en las paredes de muchas cuevas prehistóricas.
Además del servicio que prestan a la extraña forma de supervivencia de la que ya somos expertos, contando con los lenguajes fabricados a propósito para entenderse en circunstancias excepcionales, las manos hablan constantemente con sus movimientos involuntarios. Son un eterno elemento parlante, una prolongación de nuestra mente. Entre ellas reposan nuestro corazón cuando acariciamos a alguien, o el odio cuando las impactamos violentamente en su contra. También nuestro futuro, en este extraordinario Planeta, está en nuestras manos.




A Esteve

2 nov 2008

Mártires Hojas

Uvas, granadas, dátiles,
doradas, rojas, rojos,
hierbabuena del alma,
azafrán de los poros.
Uvas como tu frente,
uvas como tus ojos.
Granadas con la herida
de tu florido asombro,
dátiles con tu esbelta
ternura sin retorno,
azafrán, hierbabuena
llueve a grandes chorros
sobre la mesa pobre,
gastada, del otoño,
muerto que te derramas,
muerto que yo conozco,
muerto frutal, caído
con octubre en los hombros.

Poema de Miguel Hernández



He encontrado todas las fotografías en sitios que ofrece Google Imágenes.