25 abr 2007

Desayuno con Glicinias

La niebla, esta mañana, daba un aspecto antiguo al paisaje; las nobles figuras del encinar asomaban indecisas de entre los misterios del suelo. Otros enseres flotaban también, sobresaliendo parcialmente sus relieves, como por un descuido de la misma sepultura.
Desde la ventana he contado, dos, tres, cuatro tejados rojizos de casas centenarias, en vigilia desde hacía ya unas horas, cuyas chimeneas contribuían a inflamar aún más la niebla. El rumor de la actividad de todas ellas ha venido a unirse a la primitiva ceremonia de la luz matinal.
El mar, no muy lejos, ha estado durmiendo toda la noche, regalando un reposo efímero. Y se presentía la playa, porque relucían los párpados blancos de las olas, cerrándose contra la orilla.
En la aventura de sentirse, he deseado que mi alma musite al invisible oído de mi cerebro lozanas palabras que inspiren imágenes indescriptibles: he amanecido con sed de música inédita y de acordes serenos.
Con las primeras brazadas del sol he salido fuera: la hierba estaba sembrada de rocío.
El desayuno, bajo la glicinia.


Fotografía de Galatea: Glicinias en la Terraza.

14 comentarios:

Joan Torres dijo...

Por la mañana temprano, cuando todavía no han despertado los quehaceres, uno puede llegar a percibir casi imperceptiblemente la quietud que ya no tendrá el resto del día.

modes amestoy dijo...

tiene que rodearte un paisaje maravilloso para inspirarte tanta belleza.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Hermoso. Tan íntimo, tan personal. Tú y la naturaleza. Si hasta aquí llega el sonido de ese mar y el sabor del desayuno, el color y la frescura de las glicinias; hasta aquí... hasta esta madrugada, creando el deseo de la hierba sembrada con gotitas de rocío. De despertar aún sin haber transcurrido el sueño.

Saludos desde el habitáculo Tierra. (Ah Hipatia, no te olvides de contarnos sobre el nuevo planeta. ¿Será tan gemelo como dicen?)

Anónimo dijo...

Qué calma transmiten tus palabras Hipatía y qué evocadoras. Por un momento he sido capaz de visualizar "esos párpados blancos de las olas cerrándose contra la orilla". Me ha encantando. Que la niebla no te impida tener hoy un día fantñastico. Bellísima imagen. Un abrazo.

fractal dijo...

Calma inédita y serena, bajo la glicina.

Desde ayer me acompaña tu mar, que no está lejos.
Es una de mis pasiones.

Que tengas buen día también hoy.

Daniel Moscugat dijo...

Un ambiente único para la creación... la bruma, la niebla, el agua gaseosa que se hace perceptible por momentos, el sordo sosiego del silencio entre la espesura blanquecina y fantasmal... muy evocador. Seguro que Allan Poe se hubiese rendido ante semejante fotografía pixelada con palabras.
Saludos moscugaéticos.

JUANAN URKIJO dijo...

Leyéndote, he amanecido contigo, me he desperezado con tu paisaje, he desayunado bajo esa glicina... y ha sido hermoso.

Un beso, Hipatia. Así da gusto pasarse por tu casa.

Galatea dijo...

Me siento afortunada de poder aportar la imagen a este maravilloso post.
Precioso Hipatia, gracias.
Un beso infinito

La Navaja de Ockham dijo...

Hola mamá:
Ví la misma niebla matinal, cuando iba al colegio. El cuadro que has pintado hoy te ha quedado precioso.
Esas son las glicinias que me vieron el sabado estudiar el examen de literarura...
Besos desde Tatooine.
Helena.

Ana dijo...

Desayunar bajo la tranquilidad de las glicinas y en la calma de tu compañía debe ser un manjar exquisito.

Gracias por tu cariñosa respuesta a la celebración de nuestro amigo dédalus.

Anónimo dijo...

Hola, Hipatía.
Tenía ganas de saludarte.
He regresado de Marruecos cargado de energías y dispuesto a comerme el mundo... Ya os íré contando cosillas del viaje poco a poco.
Me ha encantado tu texto. Casi puedo oler la niebla y ver gotear a las glicinas el agua consensada sobre sus pétalos.
Un abrazo muy fuerte.
Y muchas gracias por colaborar la familia al completo en el juego que hicimos Miguel y yo.
Besotes

Anónimo dijo...

Hola Hipatia,

Una de las cosas más hermosas de la tierra son las flores. Esas glicinas de tu ventana proporcionan paz, armonia y ensueño. ¿qué tal contemplarlas desayunando un buen tazón de chocolate? (jejeje)

La paz exterior permite el reencuentro con uno mismo. Y poder disfrutar de este paisaje, y de tu particular "Enterprise", es algo único y maravillos. Tierra y mar, complementos perfectos, sueños imposibles para una urbanita como yo.

No dejes nunca de regalarnos tus maravillosas flores y tus bellas palabras.

Un beso. Ah, y gracias por visitar "Cròniques...". Es lástima que no te guste la zarzuela, pero comprendo tus motivos. A muchos les ha pasado. NO obstante, intenta escuchar Luisa Fernanda. Creo que en ese paisaje en que vives, su música alegraria aún más tus flores. Hay otras zarzuelas, que efectivamente, cuesta un poco más de entrar, pero esta tiene mucho encanto.

Un beso y hasta la próxima.

Anónimo dijo...

Hipatia, que todo se solucione con una onza de chocolate, porqué todos seríamos muy dulces.

Pero esta es la realidad que nos rodea, y que nos ha tocado sin haber comprado un décimo de loteria.

Por lo menos, creo que hemos de ser conscientes de ella, y luchar para cambiarla.

Un beso. Y a disfrutar del chocolate.Gracias por tu visita en Cuadernos para...

Anónimo dijo...

Me quedo con una maravillosa frase:

"me he despertado con sed de música inédita.."

Un saludo, Hipa!