14 jun 2010

La Joya


Hacía tiempo que no me asomaba a esta ventana. He estado muy atareada con los estudios... y con otros problemas que, de momento, no tienen fecha de caducidad como los exámenes.
En los pocos ratos que me han quedado libres durante estos meses -que han sido muy pocos- he estado bajo la influencia y la meditación de las actividades que desarrollaba, tanto de los estudios como de los problemas. Resulta curioso observar cómo nuestro sistema mental va recolectando datos del enorme sembrado de la vida, los va incorporando a nuestra cotidianeidad y sin consentimiento. Esto, desde un punto de vista general, puede parecer maravilloso; pero no me lo parece tanto cuando aplico la lupa y pienso en ello desde las particularidades, ésas que van elaborando la joya de las experiencias de cada uno, donde cada repujado y filigrana que añadimos son una experiencia personal.
Vivimos en un mundo donde los individuos están bajo sospecha respecto a los poderes correspondientes: mientras los primeros tienen que justificar documentalmente cuanto afirman soñar, hacer o sentir, los segundos están exentos. Además, somos bombardeados a diario por un sin fin de opiniones inútiles y estúpidas que, de tanto de escuchar, acabamos por encontrar alguna “menos tonta”, ésta que nos acaba convenciendo y al final calificamos como “razonable”.
Decididamente, somos altamente influenciables, y peligrosos
Estoy pensando que no hay mucha exactitud en la expresión "somos un cúmulo de experiencias". Diría que somos un cúmulo de influencias que se van filtrando en nuestro organismo, circulan por nuestras venas y se depositan en nuestra mente. Me abruma lo influenciables que somos, me asusta. Como digo muchas veces, desde que nacemos nos guían hacia los gustos, los pensamientos y los sentimientos, todos comunes y corrientes. Mientras se nos coloca este uniforme social y moral se nos dice que cada individuo es único e irrepetible.
A nivel cósmico todos los seres vivos somos iguales. Y en el planetario todos somos hermanos; pero cuando cojo la lupa, observo que esto último no se cumple. En la práctica hay categorías de seres vivos y también de seres humanos. La mentira y la incoherencia parecen presidir en el país de la vida.
Hace unos días leí un estudio que afirma que los niños que mienten tienen más posibilidades éxito. Ya sé, ya sé: la mentira y el engaño son la base de la supervivencia. Es cierto; la pesca y la caza son un engaño que nos proporcionan alimento. También seducir a otro con promesas falsas preserva la especie, o se consiguen otros propósitos. La naturaleza se sirve de todo y desde este punto de vista sus mecanismos son legítimos. Sin embargo, veo que se produce un choque cuando aparece el modo de razonar humano que, a pesar de elaborar el común acuerdo y las convenciones, como una especie de uniformación ambiental, se muestra opuesto a cumplir con sus preceptos, recurriendo a la mentira y al engaño sin que estén involucrados objetivos de supervivencia naturales. La justicia no es un fundamento natural sino un invento de la razón humana; por desgracia, el hacer humano apenas vela por ella.
Tengo amigos muy jóvenes y lo que más valoro en ellos es su desinformación: su desconocimiento, su inocencia; la genialidad que aportan al pensar el mundo sin la “experiencia”, es decir, sin la suficiente -todavía- influencia del mundo. Alguno está a punto de entrar en la universidad y otros ya llevan dos o tres años; ahí están labrando los bancales de sus futuros, de los que recogerán la mayor parte de sus influencias.
Adoro sus capacidades de asombro, sus modos de cuestionar el mundo y a sí mismos. Aunque, me entristece pensar en los riesgos que correrán cuando empiecen la travesía: temo que se les arrebate la identidad y queden prisioneros de esa “experiencia” que hoy llamo influencia.
Sufro porque pueden quedar atrapados por el uniforme de la mentira y del sentido común, en el tiempo cuando una idea de entre muchas, la menos tonta, les parecerá razonable. Y esto lo digo por experiencia. ;)




10 comentarios:

Scar dijo...

Siempre consiges un momento de reflexion en mi, y todavia no sé como lo consigues...
me has hecho recordar una frase de mi pelicula favorita V de vendetta.
Intentaré no ser facil de influenciar...
Nos vemos pronto!

Mariluz Arregui dijo...

Querida Hipati,
no tiene desperdicio tu entrada de vuelta;
cierto ,
pero palabras como las de esta entrada tuya de vuelta también influyen...:),


Me alegra muchísimo que vuelvas, es un placer!

Un besazo de bienvenida

Mateo Bellido dijo...

¡¡Dichosos los ojos!! Y te echaba de menos. Lo cierto es que sabía que tenías que estar demasiado "absorbida"...
Sobre tus reflexiones, nada que añadir, me has abrumado. Y sí, soy un producto de las influencias que se ejercieron sobre mí, porque mi experiencia es tan humilde que no ha sido la preponderante. En la línea de tu argumentario, será que por eso mismo me gusta trabajar con niños.
Un abrazo de bienvenida.

Juan A. dijo...

Celebro mucho tu vuelta. Espléndida reflexión, querida amiga. No habría que perder nunca la "inocencia", en el sentido de esa capacidad de asombro, de ver el mundo cada vez con una mirada nueva.

Un beso un poco más al Sur.

erato dijo...

Eureka! Hoy he tenido suerte al pinchar en tu espacio y ver que has vuelto.Y cómo has vuelto! Guardo este post, como otros muchos tuyos porque tiene miga y me parecen reflexiones buenísimas.Me encanta tu vuelta, farera. Tremendo abrazo

Ana Tapadas dijo...

Ai que saudades de ler um texto teu!
Também para mim o fim de ano lectivo pesa...
Espero que os estudos corram bem e que os outros problemas se resolvam, mas é como dizes: tudo isso apura aquilo que somos.
Beijo

leo dijo...

Hipatia, te he echado mucho de menos.
Como siempre, me haces pensar.
Me ha llamado la atención que menciones al sentido común de esa manera, pues yo considero que esa rara avis está en peligro de extinción, y que es algo profundamente humano, más relacionado con lo innato de nuestra condición que con lo que la experiencia nos enseña que hay que hacer para triunfar. A menudo entra en conflicto con los usos y costumbres más arraigados.
O al menos a mí me pasa.
¿Volverás pronto? Espero que todas tus actividades te lo permitan.
Un abrazo.

Penélope Sierra dijo...

Me gusta el contenido y las implicaciones de tu espacio.

Lo seguiré con placer.

Feliciades

Fer dijo...

Como decía Lorenz, que hablaban los patos: "yo estoy aquí, ¿estás tú ahí?".

Me alegro de que estés.

La Rata Paleolítica dijo...

Cojo por el lado positivo y le doy la vuelta al calcetín de tus reflexiones, haciendo de la experiencia un arma que me sirve para unas veces evitar las influencias que considero indeseables y otras aceptarlas de buen grado por verlas como positivas, deseables, válidas, útiles y/o bonitas.

Vale la pena dejarse influenciar un poco por estas reflexiones, aunque sea con "algo" de retraso ;o)
Besos.

Jesús.