Las manos son todo un ejemplo de abnegación y encierran una preciosa historia.
Como todo lo que apreciamos en la Naturaleza, no fueron como ahora las vemos sino que se fueron transformando a lo largo del tiempo hasta alcanzar -quizá no definitivamente- su forma actual. Se fueron adaptando a las nuevas necesidades de supervivencia: si la naturaleza cambiaba, nosotros y nuestras manos también lo íbamos haciendo.
Esta mañana, mientras pensaba, tenía la mirada concentrada en las manos. Y por esa deliciosa afición que tiene la mente a vagar dando saltos de una idea a otra, quizá por una u otra cosa que se nos cruza ante los ojos, he acabado pensando en ellas. Generalmente miramos nuestras manos sin ver que en su interior guardan una larguísima trayectoria, y que tuvieron que esperar durante mucho tiempo para quedar liberadas de la locomoción a cuatro patas y conseguir el mejor de los oficios: algo que hacer y que decir.
Esta mañana, mientras pensaba, tenía la mirada concentrada en las manos. Y por esa deliciosa afición que tiene la mente a vagar dando saltos de una idea a otra, quizá por una u otra cosa que se nos cruza ante los ojos, he acabado pensando en ellas. Generalmente miramos nuestras manos sin ver que en su interior guardan una larguísima trayectoria, y que tuvieron que esperar durante mucho tiempo para quedar liberadas de la locomoción a cuatro patas y conseguir el mejor de los oficios: algo que hacer y que decir.
Las manos han realizado un largo viaje desde que iniciaron su andadura hace algo más de dos millones de años. En cuanto fueron capaces de pinzar con eficacia, el futuro del mundo quedó decidido y su conquista ya solo sería una cuestión de tiempo. Con motivo algunos antropólogos afirman que el “nuevo uso” de las manos nos hizo inteligentes. Y desde muy temprano debieron de tener su importancia; no hay más que ver la gran cantidad de improntas de manos estampadas en las paredes de muchas cuevas prehistóricas.
Además del servicio que prestan a la extraña forma de supervivencia de la que ya somos expertos, contando con los lenguajes fabricados a propósito para entenderse en circunstancias excepcionales, las manos hablan constantemente con sus movimientos involuntarios. Son un eterno elemento parlante, una prolongación de nuestra mente. Entre ellas reposan nuestro corazón cuando acariciamos a alguien, o el odio cuando las impactamos violentamente en su contra. También nuestro futuro, en este extraordinario Planeta, está en nuestras manos.
Además del servicio que prestan a la extraña forma de supervivencia de la que ya somos expertos, contando con los lenguajes fabricados a propósito para entenderse en circunstancias excepcionales, las manos hablan constantemente con sus movimientos involuntarios. Son un eterno elemento parlante, una prolongación de nuestra mente. Entre ellas reposan nuestro corazón cuando acariciamos a alguien, o el odio cuando las impactamos violentamente en su contra. También nuestro futuro, en este extraordinario Planeta, está en nuestras manos.
A Esteve
7 comentarios:
Emocionante entrada, Hipatia, tanto tus sabias palabras como el video.
Nuestras manos, además, dicen mucho de nosotros, como bien señalas. Son un maravilloso instrumento que a veces menospreciamos.
Preciosa entrada, preciosa.
Un beso fuerte,
Ayyy, paisana,
que yo prefiero pensar que no fue la destreza de las manos la que nos convirtió en personas, sino la posibilidad de las caricias... porque, como escribí una vez,
"Los dedos de una mano
se desconocen mutuamente
hasta que se tocan.".
Un abrazo :)
Recuerdo que me maravilló enterarme, hace ya tiempo desde luego, de la importancia que tuvo la oponibilidad del pulgar en nuestra evolución como especie.
Te he leído con gusto, Hipatia, y me alegra que hayas dedicado unas letras tan llenas de contenido y de calor a algo tan importante como son las manos.
Un beso.
P.S. Por cierto, te presento a un amigo de los faros. No sé si conoceras a Tawaki, es un tipo bien majete:
http://masextranoquelaficcion.blogspot.com/
Estoy de acuerdo. Que bella entrada!! Y ese video es sencillamente espectacular, es hermosísimo: esa perspectva de nuestro planeta, llegando a él, desde las afueras del Sistema Solar, me encanta.
Me gusta mucho tu blog. En estos días voy a dedicarme a leer gran parte de tus posts.
No me había dado cuenta de que habías publicado un comentario en mi blog, en el capítulo 11 de Cosmos.
Me interesa difundir la obra de Carl Sagan pues creo que su profundo mensaje debe ser "re-captado" por la humanidad.
Te recomiendo todos los episodios de esta maravillosa serie, pero en especial, el capítulo 13, donde Sagan se refiere a Hipatia, "La última luz" de la Biblioteca de Alejandría.
Un gran saludo!!!
Emocionante, sin duda.
El texto y el video.
Si estuviese en manos de todos, otro gallo cantaría. El problema es que, de momento, está en manos de muy pocos. Pero eso está cambiando.
Dejemos un hueco para la esperanza y trabajemos como si esa esperanza no existiera, con fuerza y tenacidad.
El ser humano es capaz de hacer lo mejor y lo peor con sus manos.
Ya me ha dicho un pajarico que se llama Galatea que vais para el sur en breve. Habrá que hacer un día de museos, ¿no? Como estoy libre, puedo acompañaos. Sería un placer, seguro que me enseñáis un montón de cosas.
Saludos.
pronsult
En mi opinión, hace dos millones de años no iniciaron su "andadura", sino que la terminaron.
El reproductor de música de mi blog se puede cambiar de color, pero yo lo pongo así para que se mimetice con el fondo. Lo he sacado de www.radioblogclub.com Ahí buscas cualquier canción, le das al "play", y a la derecha te viene el código en html que hay que copiar aquí.
Tienes razón, tengo que escribir, pero últimamente tengo la mente empañada. A ver si lo arreglo.
Me permito el lujo de continuarte la entrada (no me puedo resistir).
En nosotros, las manos son un indicador de la estabilidad y paz que damos o encontramos en otro (entre otras cosas). Y si las utilizamos poco, esto ya indica qué mal estamos. Pero son ¡listas!: solo se descubren cuando el cerebrito les dice quién es fiable. La confianza se otorga y se gana, no se toma.
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