22 feb 2009

El Escéptico: "a salvo de nada"


En algún momento de su vida fue crédulo, confiado y atesoró esperanzas como el que más.
La experiencia diaria consumió esas delicias y el tiempo hizo lo propio eliminando los restos y ocultando los rastros.
“¡Rastros!: ¿dónde estáis que no quiero perderos de vista?”
Al poco de quedarse sin tesoro se dio cuenta de lo influenciables que son los humanos. En aquél momento, desde luego, él lo era tanto o más que su mejor amigo, Doroteo.
Invirtió en curiosidad. Y se sintió a salvo.
Tras solitarios paseos por el parque, muchas lecturas y largas cavilaciones nocturnas acabó por perder los pocos ahorros que le quedaban de ingenuidad o de inocencia. Lógicamente, al principio se hizo incrédulo, y a conciencia. Como esta actitud no le apasionaba, tomó posiciones más moderadas llegando a poner en duda todo o casi todo, aunque dando crédito únicamente a lo que le interesaba de veras.
Se había vuelto un escéptico en el proceso que fue derivando de una no muy larga experiencia. Y... estaba a salvo.
Doroteo, sin embargo, insistía en que todo el mundo cree en algo.
Aquello que tanto le interesó formaba y forma parte de una realidad en la que no se repara habitualmente, y trataba y trata, simplemente, de por qué ocurren todas las cosas que nos rodean a diario. En aquel momento se abrió inevitablemente un nuevo canal por el que pudieron entrar vida y sueños. Sí, sueños; más sueños que vida en sentido coloquial, o tradicional. Continuaba a salvo.
Al decantarse por el escepticismo se garantizó un estado, a su criterio, de saludable inquietud; fue una inclinación a la que le empujó más la necesidad de satisfacer interrogantes que la pura higiene. "Sinceramente", estaba a salvo.
Y Doroteo, “inexplicablemente” , también.
No acabó aquí la cosa, porque hoy sabe que no está a salvo, pues con el paso de los años ha ido encontrado que todas las creencias humanas actúan como preciosos salvavidas: “¿Es posible?”
Hoy afirma que cada ser humano es un bote que transita el loco y sorprendente mar de la vida: "somos una suerte de héroes siempre amenazados por el peligro de ser arrastrados por alguna corriente potencialmente tan inflexible como su contraria."
“No se está a salvo de nada”
, dice; al menos, él cree en que no lo está: “¡Doroteo! ¿Doroteo?”
Google Imágenes

16 comentarios:

Alyxandria Faderland dijo...

Cuando las olas de la duda barren la cubierta del barco de tu vida, nadie esta a salvo...

Francisco Méndez S. dijo...

Si pudiéramos explicar todo lo que nos sucede, todos debemos creer en algo.

Creo que me voy a tomar un trago.

Saludos

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

Poderosa la metáfora de la barca sometida a las corrientes del mar de la vida. Me pregunto si esa llamada a Doroteo no es una llamada a Dios mismo.

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Saludos, Goathe.

Anónimo dijo...

cree?

alfonso dijo...

Navegando...

Nadie está a salvo. Una suave corriente puede alejarte de la orilla tan poco a poco que no te enteras. Una tormenta puede enderezar el rumbo. Hay que mantenerse atento a los movimientos de la nave.

... y un beso.
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CristalRasgado & LaMiradaAusente
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Rubentxo dijo...

Supongo que a estas alturas ya lo sabrás pero, por si acaso: ERES LA PROTA DE LA NUEVA PELI DE ALEJANDRO ALMENDRÁVARRRRRRRRRR!!!
Mira una noticia:
http://www.elmundo.es/elmundo/2008/03/13/cultura/1205407686.html
Y mira el trailer de tu peli. Tu papel lo hace Rachel Weisz... Qué fuerte, ¿no?
Perdón, porque este comentario no tiene nada que ver con tu post... pero es que todavía no lo he leído...
Voy a ello, que me ha podido la impaciencia por contarte lo de Hipatia.
Besos.

Rubentxo dijo...

No sé si te pasé bien el trailer. Ahí va:
http://www.youtube.com/watch?v=lrC2sSw8lWU

Carz dijo...

Y ¿quién quiere estar a salvo?
Además, aunque se quiera, no se está. Mejor disfrutar de esa "realidad" y todo lo que el "el néctar de la incertidumbre" pueda ofrecernos.

Un beso, paisana.

G dijo...

Uno puede protegerse del resto, puede protegerse de la sociedad, de influencias indeseadas, de alteraciones provocadas por terceros. Casi cualquiera puede hacer eso, pero sólo unos pocos consiguen protegerse de sí mismos.

A mí lo que más me preocupa es el tiempo. Al fin y al cabo, todos somos piezas en juego y al terminar nos meterán en la misma caja. En mi opinión, el objetivo del juego es la felicidad, no la verdad ni la razón.

Si uno necesita satisfacer en cierta medida (porque nunca se puede satisfacer de forma definitiva) su curiosidad para ser feliz, adelante. Si otro es feliz con creer que un monstruo de spaghetti volador va a darle todo lo que pida después de la muerte, adelante. El problema son los roces entre felicidades: las reglas del juego dicen que no hay que molestar a los demás.

Eso no tiene demasiado misterio. El factor realmente preocupante para mí es el tiempo, tanto objetiva como subjetivamente.

Objetivamente porque es inmediato extrañarse ante la idea del tiempo, y preguntarse por qué. Si los átomos buscan el estado de mínima energía, ¿por qué no lo consiguen y punto? ¿Tan complicado es todo que no se puede hacer de una vez y punto?

Para mí el hecho de que primero suceda una cosa y luego otra es un completo misterio.

Por otro lado, en astronomía, geología, prehistoria en general, se habla de millones de años con toda la tranquilidad del mundo, cuando pasan cosas en tres segundos que parece que duran siempre.

La vida es breve, pero es larga. Un día estás jugando al escondite y al día siguiente ya estás graduado. ¡¡Pero miras el reloj y no avanza!! Si te quedas durante dos minutos mirando un reloj parece que ha pasado una semana entera en ese tiempo. Un día nace tu hijo y al día siguiente se casa. Los años pasan cada vez más rápido (de pequeño un año es inmensísimo, de mayor un año es estadística y algunas anécdotas).

Y de repente te miras al espejo y has envejecido, preocupado no por ser feliz, sino por si son más verdad las supercuerdas que la gravedad cuántica de lazos, o el positivismo que el iusnaturalismo, o el Barça que el Madrid, igual me da.

En mi opinión la verdad tiene una importancia acorde con su naturaleza: relativa.

Siento haberme desviado tanto del tema, pero es que aunque me considero escéptico (es como un antivirus), no comparto esa especie de adoración por la oh inalcanzable verdad (como si hubiera una, o como si fuera relevante que la hubiera o no).

Un abrazo, Hipatia. ¡Siento la extensión!

Hipatia dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Hipatia dijo...

Hola Gabriel:
Me ha gustado el símil, "antivirus", es muy gráfico.
También yo soy escéptica, fue una "vacuna" que me puse hace, ya ni me acuerdo... muchos años.
Pero no hace tanto (conste que lo venía sospechando) me di cuenta por alguien cercano de que el escpeticismo también se puede convertir en una especie de verdad rígida, una postura inflexible, cuando pensaba todo lo contrario. Entonces me plantée que puede ser como cualquier otra postura susceptible de convertirse en estatua para la posteridad. Dentro de la funda humana todo parece corromperse, orientarse hacia la inmovilidad. La naturaleza tiende al desorden mientras la biología crea una suerte de orden que se rompe cerca de la muerte, para volver a ordenarse durante la descomposición de los organismos.

Los humanos concebimos los propósitos (orden)y nos desconciertan los despropósitos(desorden), porque nuestras socedades estan ordenadas y luchan contra el desorden, intentando mantener a toda costa lo que "funciona bien". Y estos mensajes nos llegan desde que nacimos. Luego, el individuo se rebela contra todo eso (no así la masa).La vida que tenemos es como una carrera contra corriente.
Parece que una forma que tenemos de ordenar el tiempo es medirlo en duraciones cortas (acontecimientos cercanos y cotidianos) y en largas (tiempos históricos), porque la noción de tiempo es el hilo conductor que cohesiona todo este lío.
Igual que me hubiera gustado conocer alguna vez cómo es la vida sin creencias, me hubiera encantado conocerla sin la precepción de tiempo: ¿estárán unidos?

El relato está dedicado a una persona, y es como un lamento/crítica a la devastación de una de las ¿virtudes? que nos hacen más humanos. ¿Habría que crear una vacuna que proteja al escpeticismo de nosotros mismos, aún siendo de nuestra propia invención?

Parece ser que las creencias son inevitables para seguir caminando, como en física partir de una hipótesis (en principio te la crees)para poder seguir investigando. Estas creencias no deberían ser duraderas (aunque funcionen, que nos vendemos a lo más práctico con mucha facilidad), y quizá habría que inventar un nombre para ellas.

Efectivamente, a uno le convence lo que le hace feliz; pero la experiencia me ha demostrado que nada es eterno ni permanece tal como lo elegimos; parece que el dinamismo rige el universo y todo cambia, sentimientos, ideas, formas de ver las cosas y de entenderlas... a medida que pasa el tiempo. El tiempo otra vez... Un problema, a veces es un aliado y otras un enemigo.
Y sí, la vida es muy corta a pesar de lo despacio que pasa un minuto. Llegada una edad, por desgracia, el tiempo vuela, los días son demasiado cortos y la tierra muy pequeña: ¿Impresión, realidad?... es eso estamos.
Por mi parte me conformo con seguir a gusto en la incertidumbre, nadando entre las dudas para poder seguir cultivando inquietudes (hacer malabarismos con la imaginación y equilibrios con los datos que tenemos) hasta que me muera de cansancio o de vieja.
No veas cómo disfruto con tus comentarios. No te disculpes, yo también me alargo mucho.
Un beso muy grande Gabriel.

Hipatia dijo...

No me he quedado conforme con lo que te he dicho, Gabriel; la intención de mi relato no pretende decir que sea mejor ser escéptico o lo contrario sino que la forma diferente de pensar de otros supervivientes puede hacer tambalear nuestras propias concepciones, dándonos la gran oportunidad de volver a considerarlas, si las "damos por buenas", o cambiarlas si no es así, pudiendo conocer algo más profundo o extenso sobre ellas.
Un beso.

Rubentxo dijo...

Puesto que no hay verdades absolutas... ¡dudemos!
Puesto que las verdades y las normas cambian con el paso de la historia...¡dudemos!
Dudemos.

PD: Todavía no he leído tu texto (lo brometo), pero sí que he leído el título.

PD2: Lamento ser el visitante más friki de tu blog. Puedes eliminar mis comentarios, if you want.

PD3: Hoy estoy yo no sé cómo...

Fer dijo...

No deseo mencionar nombres de quienes cuentan entre sus pensamientos y su mira esto que describes (que los hay: mejor que lo hayas dicho por tí misma y en solitario). Pero desde hace más de 40 años hasta el mismo "hoy", puedes encontrar a quien dedica tiempo a admitir que deberíamos ser más prudentes (por nuestra salud) con nuestra propia visión del mundo, nuestas creencias, nuestra filosofía del vivir, del hacer, de la vida social. Los mismos ya admiten y "escupen" sin poder evitarlo, de vez en cuando, el grado de deterioro que provoca nuestra filosofía vital (la occidental). Creencias hay en todo el mundo, pero no del mismo orden, ni función, y el grado de soberbia mental occidental, dificilmente se repite fuera de la burbuja del desarrollo. Y ¿quíen va a reconocerlo dentro de ella? Creo que... casi nadie. Me llamaron la atención los comentarios a este respecto de Francisco Giner Abati. Con ellos se repite la sospecha de otros. No me parece personalmente que vayamos a re-conocer o conocer por primera vez nuestro modo de "ver" el mundo, si no es hasta que hayamos desperdiciao todas las oportunidades. No nos gusta reconocer nuestro impulso biológico, nuestro decidir profundo biológico. Y sin ello, no podremos matizarlo, porque "control", no lo tendremos.

Saludos Hipatía.

Mateo Bellido dijo...

Hola, Hipatia.
Debo reconocer mi incapacidad para desarrollar aquí una mínima teoría de lo que pienso al respecto. Sólo hilvanaré algunas ideas:
Me confieso amigo de la duda.
Hace tiempo que, cuando hablo ,procuro no decir "Creo que...", sino "Pienso que ..." Es más sano pensar que creer. Sí, soy más bien escéptico, pero no radical, así que DUDO y luego intento acercarme a la VERDAD, y siempre busco contrastarla con otros. Soy, pues, fiel discípulo de Machado.
Reconozco que soy algo torpe, serán los años, pero me he leído varias veces el texto. Más complicados han sido algunos comentarios. Lo cierto es que ha sido , como siempre, muy instructivo visitarte.
Buenas noches y ...buena suerte.
Besos.

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

Lo curioso es que los escépticos hemos de creer a medias en el escepticismo.

Porque creer firmemente en el escepticismo es tener un dogma y dejar por ello de ser escépticos.

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Saludos, Goathe.